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La mirada tradicional sobre el conflicto es que se trata de algo negativo, perjudicial, doloroso, violento en cualquiera de sus expresiones.
El conflicto nos envuelve e involucra de modo que peleamos, discutimos, agredimos, atacamos o nos defendemos. El conflicto en la experiencia mayoritaria es violencia en cualquiera de sus expresiones: física o material, sicológica, emocional, sexual o de cualquier tipo y en todo ambiente.
También asociamos al conflicto con la guerra o los enfrentamientos bélicos a todo nivel.....
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Mirar el conflicto con otros ojos y mentalidad no tradicional involocra cambiar el paradigma dominante o mayoritario que se caracteriza por aproximarse al conflicto desde respuestas negativas, sea por las experiencias previas o por el conocimiento e informaciones previas que tenemos como individuos. Es "normal" que la primera idea asociada a conflicto es pelea, imposición, golpe, sangre, dolor, confrontación, crisis.... la lista de términos es muy larga y tiene el común denominador de que los términos o palabras contienen o expresan violencia. Esta aproximación negativa está asociada directamente a nuestros paradigmas o mentalidades, por lo que la tendencia es rechazar el conflicto y responder ante el mismo de manera negativa. Una manera diferente de ver el conflicto es desde nuevos paradigmas o paradigmas diferentes a la violencia como camino. Es la opción por el diálogo, la comunicación, la conciliación de intereses y resolución de nuestras diferencias naturales o artificiales a través de la palabra, de la reflexión - acción basada en la razón, en el diálogo, es decir, mirar, aproximarnos, relacionarnos y actuar en los conflictos desde el diálogo como camino principal. Pero mirar al conflicto como oportunidad desde los paradigmas del diálogo como camino de manejo, solución, transformación, negociacion, resolución, transformación, o como se denomine, mirada siempre pacífica y no violenta, requiere de cambios en nuestras mentalidades, cambios que no serán fáciles ni dolorosos, porque significarán verdaderos cambios personales y existenciales.
Santa Cruz, 2010-09-02
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